Conoce los 10 mandamientos para comer saludable, dejando menos huella ambiental.

Come menos carne y de mejor calidad:
La industria ganadera no solo es responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero, también consume una gran cantidad de recursos hídricos y de pastos para forraje. La cantidad ideal de carne para un adulto es de tres raciones entre 100 y 150 gramos a la semana.

Pregunta sobre el origen del pescado que vas a consumir:
“En la etiqueta debe figurar el lugar de captura, el nombre de la especie y el arte de pesca”, advierte José Luis García, responsable de Océanos de WWF. Una buena lectura de estos tres parámetros para cerciorarse de que el pescado salvaje que se adquiere es lo más sostenible posible.

Come más verde:
Te invitamos a que te alimentes de comida real y principalmente de vegetales, además que sea de producción agroecológica, que es una agricultura en armonía con el medio ambiente. Ten en cuenta, según un estudio del NCBI, producir un kilo de proteína de judías rojas requiere 18 veces menos de tierra, 10 veces menos agua y 9 veces menos combustible que 1 kilo de carne de vacuno.

Compra local y de temporada:
Hay que priorizar los productos de cercanía y estacionales. El transporte es el responsable de muchas emisiones de CO2. Al consumir alimentos de proximidad se reduce el transporte y la distancia recorrida. Los productos de temporada son recogidos en su punto de maduración y por tanto tienen mejor sabor, mayor contenido nutricional y su precio es menor.

Menos plástico:
Cada minuto se compran en todo el mundo un millón de botellas de plástico. Casi el 70% van a parar al medio ambiente o a vertederos y más de 13 millones llegan al mar cada año, según la ONU. En un estudio realizado en 2018, la OCU encontró microplásticos en el 69% de 102 alimentos de origen marino.

Ni una miga a la basura:
No es solo una cuestión económica. El desperdicio de alimentos es responsable del 8% y el 10% aproximadamente de todas las emisiones de efecto invernadero. Planificar el menú semanal y congelar aquellos alimentos que no se vayan a consumir, son algunas de las prácticas diarias que ayudan a minimizar el derroche.

Adiós a la comodidad:
Cambiar hábitos, conocer los alimentos de temporada, saber qué especies marinas están sobreexplotadas y hacer una compra sostenible requiere conocimiento y voluntad a partes iguales. Julio Barea, de Greenpeace, cree que esa comodidad en la que vivimos instalados está “matando” al planeta, aunque alerta de que se está “cargando mucho” la responsabilidad en el consumidor y se debería revisar también la de las empresas.

Consume de manera justa:
Los principios del Comercio Justo, elaborados por la (WFTO), garantizan unas condiciones laborales dignas para los productores y el respeto por el medio ambiente en la obtención de los alimentos. “La mala explotación de los cultivos afecta al ecosistema”, explica Mónica Gómez.

Recupera la comida de la abuela:
Revalorizar los alimentos y recetas tradicionales es muy importante para la preservación de la identidad de los pueblos y la protección del patrimonio culinario, volver a poner de moda recetas tradicionales con productos típicos de cada ciudad.

Créetelo: tú eres el cambio:
Minimizamos la capacidad que tenemos de generar un impacto, pero el consumo es el ejemplo perfecto de cómo podemos hacer algo. El primer y principal paso para lograr un mayor equilibrio con la naturaleza es que los consumidores crean que sus decisiones no son insignificantes. Por ello, antes de enamorarnos por un alimento, recuerda: “hay personas y un planeta detrás de cada artículo que compramos”.
En MerkaOrgánico
apoyamos una dieta sostenible para ayudar al medio ambiente y a tu salud. Visita
nuestra tienda online y añade productos saludables a tu compra
para que comiences a mejorar tus hábitos.
Tomado de: https://elpais.com/elpais/2019/09/17/eps/1568713810_356941.html
alimentacionbalanceada alimentosorganicos sostenibilidad